domingo, 30 de octubre de 2016

Carta al Sr. Ministro de Defensa Nacional

Santiago,28 de Octubre de 2016
SR. MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL 
JOSE ANTONIO GÓMEZ 
Presente 

 Sr. Ministro: 

NUESTRO Ejército de Chile, en del Día de sus Glorias, lo distinguió con la condecoración “Ejército Bicentenario”, y en sus consideraciones para el otorgamiento de tan alto honor, el General Oviedo resaltaba “...el decidido apoyo público que siempre nos ha prestado (...) y su identificación con el Ejército, entendiendo que éste es, y se siente parte de la sociedad”, y agregaba la autoridad militar que se le distinguía “Como una de las personalidades a quien el Ejército valora por sus aportes”. 

Sin embargo, tres días después, con la medalla casi todavía colgando, expresaba en un diario electrónico, en un acto desleal y fuera de toda norma de prudencia para con el Ejército y refiriéndose a los manidos “pactos de silencio” entre miembros procesados de las FF.AA. que: “ Si yo culpo al actual C.J.E. de las violaciones que cometieron Pinochet y los criminales de esa época estamos trasladando ese al actual mando y lo que tenemos que hacer es que las nuevas generaciones miren hacia atrás , les dé vergüenza los delitos cometidos y que no se establezca una relación de defensa si es que es atacado el actual Ejército.” 

Y últimamente, en otro acto de ingratitud, en la revista “Occidente” de Octubre de 2016, insiste: “El ejercito de hoy no es el ejército de ayer, lo mismo en el caso de la Armada y la Aviación (...) los soldados, clases, oficiales que sienten orgullo de sus instituciones legendarias, que reconocen los crímenes cometidos durante la dictadura y repudia su comportamiento, son los soldados que queremos formar (...) éticamente ese es el camino correcto para desprendernos de ese lastre.” 

Sr. Gómez, soy un General (R) del Ejército de Chile, de ayer, hoy y siempre, y no el que US., en una torpe reflexión, resuelve encuadrar en UNA época. Soy un procesado como cientos de camaradas oficiales, suboficiales, clases y soldados. He ido de frente como soldado siempre con la verdad. El Estado que después me abandonó, me mandó a servir en el lugar, el día y la hora equivocados y me arrepiento de no haber tenido mayor fuerza y coraje por mi grado subalterno, para no verme sometido a un abuso de poder por el cual estoy procesado, como es el caso de cientos de compañeros. 

Sin embargo con la misma fuerza y ya que nadie ha silenciado el desatino y las torpezas emitidas por US., le expresó mi repudio y desprecio, a título personal, a sus afirmaciones. 

Usted ministro, no viene a determinar lo que deben hacer, pensar o sentir las generaciones futuras del Ejército. He tenido el honor de formar promociones de oficiales, muchos de ellos en algún momento integrantes del Alto Mando durante los gobiernos de izquierda, y jamás he sentido el repudio, la condena o la crítica de lo obrado durante la historia reciente del Ejército por parte de ellos. Es más, siempre con ellos, hemos comentado la ignorancia consciente y perversa de la izquierda de meter a todos en un mismo saco, para lograr la destrucción del Ejército de acuerdo a los planes del Foro de São Paulo. ¿Qué autoridad moral tiene Ud para motejar de “asesinos” a una generación que sirvió con orgullo bajo el mando del General Pinochet, cuando en el parlamento, en una dimensión superior, hay algún asesino confeso, que ahora de cuello y corbata, legisla sobre el bien y el mal y varios más indultados en la administración pública? ¿Qué viene a determinar usted lo que es vergüenza para las nuevas generaciones, cuando Chile y su Ejército lo único que debe es sentir agradecimiento y orgullo de las generaciones formadas bajo el mando del General Pinochet, cuando el 74 y el 78, metidos “hasta el cogote” en las trincheras y el barro, estuvimos dispuestos a dar nuestra vida por la soberanía de nuestra Patria y a salvarle el pellejo incluso a gente como usted que seguramente impulsaban en el mundo un bloqueo de armas contra Chile?... y ahora, condecorado por el Ejército.

El General Oviedo en sus cualidades personales resalta el “ser justo” de su acción. ¿Es justo estimar que la Defensa implica contratar, seguramente con recursos de la cartera, un “Comisario Judicial” con evidentes propósitos contralores a la información entregada por las FF.AA. y con evidentes propósitos vengativos? ¿Cree que es ser justo usar un sistema caduco, inquisitivo y arbitrario? ¿ Cree que es ser justo basarse en “ficciones jurídicas” o usar el Estatuto de Roma con efecto retroactivo contrariando sus propias normas? 

¿Cuáles son las generaciones militares que usted desea formar? ¿Podridas como las de Venezuela? ¿ Castradas mentales como las de Bolivia? ¿Un remake del Ejercito de la ex RDA.? ¿Algo así como las de Nicaragua? 

¿Cuál es el lastre del cual desean desprenderse? ¿Matar a los enfermos de Alzheimer, a los ancianos inválidos, a los cancerosos, a los condenados a cientos de años en Punta Peuco? ¿Matar a sus familias, a sus hijos y nietos de pena ? ¿Seguir jugando por siempre “al empate” con su secuela de odio y venganza? 

Ministro, nuestras raíces son tan profundas que nuestros hijos, nietos, padres, hermanos y abuelos tejen una fuerte madeja en las instituciones armadas. Donde corten una cabeza, crecerá otra. 

No lograrán bajar por decreto de nuestros muros las fotos y recuerdos de nuestra historia reciente.”No pueden quitarle a nadie sus dioses. Pueden intentarlo pero los esconderán y les rezarán de todos modos”. 

Eso es tradición, y la tradición unida a la historia, nuestros principios, valores, leyes y reglamentos, son los pilares indestructibles en que descansa el Ejército y sus instituciones armadas. Ya no lo lograron destruir. Se les acabó el tiempo. El resto es música. Música que ya nadie escucha por latera. 

Sr. Gómez, el cargo de Ministro de Defensa es apetecido políticamente. Tranquilo, cómodo, lo asesoran los mejores profesionales de Chile; más de alguno de sus antecesores jugaba a los soldados de plomo. Disfrútelo – si es que ya no le pidieron la renuncia - y sus inapropiadas declaraciones, déjeselas a Kramer. El nos sacará una sonrisa entre tanto odio. 

Lo saluda



HERNÁN NÚÑEZ MANRÍQUEZ 
General (R) del Ejército de Chile de Siempre

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